jueves, 9 de abril de 2009

EL REINO DE LOS ÁNGELES O DEVAS




Los ángeles han estado presentes en todas las religiones. ¿Quién de nosotros no ha pensado alguna vez en su ángel de la guarda? ¿O se ha sentido poseído por un impulso de imaginar hermosas criaturas como las hadas, las sílfides, la ondinas?. Los ángeles son los constructores de las formas. Son la vida que palpita detrás de toda manifestación. Encarnan la energía que mantiene coherente todas las formas. En oriente se les conoce con el nombre de DEVAS.
Para entender mejor estas criaturas que comparten con nosotros el planeta Tierra podemos señalar que mientras el hombre piensa, el ángel construye. Se nos enseña que la energía sigue al pensamiento. La energía son los ángeles y el pensamientos los hombres...
Los ángeles pueblan los éteres, desde el subplano gaseoso físico hasta el más elevado de los planos de manifestación. Ellos lo llenan todo y su forma de expresión más cercana a nuestra percepción está dentro de los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Cada uno de los elementos tiene su respectivo Ángel Director y miríadas de elementales.
La línea de evolución delos ángeles esta dentro del amor. Evolucionan por el camino del sentimiento siendo éste el impulso vital de su existencia. Sólo en las etapas más avanzadas de su desarrollo adquieren el poder de pensar. Son ráfagas puras de sentimiento que con el correr de la evolución desarrollan el poder de pensar. El ángel amando aprende a pensar. El hombre, por el contrario, pensando, aprende a amar.
Los ángeles están íntimamente unidos al proceso evolutivo del hombre. El hombre piensa y habla y el ángel escucha y ejecuta. Ellos no miden las consecuencias de los pensamientos humanos sino que se limitan a manejarlos de acuerdo a las intenciones e ideaciones delos seres humanos. De ahí la gran responsabilidad del hombre con el reino angélico. El ángel no razone sobre efectos positivos o negativos. Ellos son la energía que sigue al pensamiento, hasta que por su grado de evolución logran el poder de pensar.
Así como existe toda una jerarquía en el ámbito evolutivo del reino humano y su reino continuo, el reino de las almas o de los Maestros, así también existe toda una jerarquía en el reino angélico. Desde los elementales de las piedras, hasta los mas excelsos Arcángeles.
El reino angélico se puede clasificar en dos grandes divisiones llamadas ángeles evolutivos y ángeles involutivos. Los ángeles evolutivos son los constructores mayores, los trabajadores conscientes, y los ángeles involutivos son los constructores menores o inconscientes, llamados también elementales.
Los elementales, o espíritus de la naturaleza pueden ser clasificados de acuerdo a los elementos que ellos encarnan. A los elementales de la tierra los conocemos como los gnomos, los duendes y las hadas. Su presencia abunda en los cuentos de los niños y en las películas de Walt Disney. Los elementales del agua son las Ondinas, los del fuego las Salamandras, y los del aire, las Sílfides.
No es recomendable invocar a los elementales porque si no se tiene suficiente pureza y al mismo tiempo poder, puede resultar peligroso. Son fuerzas inconscientes que pueden desatarse y manifestarse sin control. Cuando tengamos necesidad de contactarnos con alguno de los cuatro elementos, invoquemos a los Directores de los elementales, que son ángeles de gran evolución.
Con relación al hombre, a los ángeles que son la vida de sus cuerpos físico, emocional y mental concreto, de les llama PITRIS LUNARES y pertenecen al arco involutivo; los que son la vida de su cuerpo mental superior y demás cuerpos superiores se les llama PITRIS SOLARES y pertenecen al arco evolutivo.
A los ángeles del plano físico se les conoce como AGNICHAITAS o devas del plano físico. Son la suma total de la sustancia del plano físico. Se ocupan de la fuerza o energía que produce actividad. Traen a la existencia todo lo que se puede ver y tocar, y mantienen el calor interno de la sustancia que nutre y causa la reproducción. Ellos comandan a los elementales del plano físico.
Devas de todo tipo y color se encuentran en los niveles etéricos del plano físico, pero el color que prevalece es el violeta. En el nivel más denso, el cuarto, son de color púrpura oscuro; en el tercer nivel, púrpura más claro, muy similar al violeta; en el segundo nivel violeta claro, mientras que en el primer nivel son de un brillante color lavanda transparente. Su sendero de realización se manifiesta por medio del sentimiento, educando a la raza en el perfeccionamiento del cuerpo físico-etérico.
Los devas color verde del reino vegetal están muy evolucionados y se entra en contacto con ellos por medio del magnetismo. Presiden los lugares magnéticos del planeta, cuidan la soledad de las selvas, mantienen intactos los espacios abiertos del planeta que es necesario conservar inviolados, los defienden de toda intromisión. Su sendero de servicio consiste en la magnetización. Actúan como protectores de la vida vegetal y de los lugares sagrados del planeta.
Los devas color blanco del aire y del agua, que presiden la atmósfera controlan los mares, los ríos y los arroyos. De este grupo son extraídos los “ángeles guardianes”. Su sendero de servicio reside en proteger a los individuos de la familia humana, controlar a los elementales del agua y del aire y gran parte de lo que atañe al reino de los peces.
Los devas de los éteres llevan sobre la frente un símbolo transparente en forma de luna creciente y por eso, quienes pueden ver en forma clarividente, los distinguen de los devas astrales.
A los ángeles del plano astral o emocional se les llama AGNISURYAS. Son la sustancia de este plano. Están íntimamente ligados con las fuerzas de los fenómenos que llamamos amor, impulso sexual, instinto, anhelo y móvil impulsor que se manifiesta luego en el plano físico como una actividad determinada. Tienen diversos grados, desde los que trabajan con la fuerza puramente sexual hasta los que están relacionados con los misterios de la iniciación y constituyen lo que se llama esotéricamente el “Sendero del Corazón”, que son el puente entre los planos astral y búdico. A esta categoría pertenecen los devas de la fuerza tramutadora. Personifican los “fuegos de transmutación”.
Los devas del fuego del plano mental se llaman AGNISHVATTAS o ANGELES SOLARES. Son de una categoría superior. Conciernen a la propia naturaleza esencial del sol. Expresan su fuerza más adecuadamente a través del hombre. Son el origen de la autoconciencia, y su acción sobre los devas del arco involutivo o devas menores produce la aparición del hombre.
Como ves, existen infinidad de categorías en el reino dévico o angélico. Unas conscientes, otras inconscientes. El trabajo de los AGNISVATTAS (los principios autoconscientes) consiste en llegar a ser el factor integrador de los tres principios superiores: atma, budi, manas, los principios del espíritu, con los tres inferiores: físico, emocional y mental.
Tanto la evolución dévica, como la humana, contienen una gran variedad de grados. Ambas evolucionan mediante la interacción. Los entes humanos personifican aspectos de la divinidad mientras que los devas personifican los atributos. El hombre esta desarrollando la visión interna y los devas, el oído interno. Como ambos son todavía imperfectos, tenemos un mundo imperfecto. El hombre evoluciona por medio del contacto, se expande; los devas, disminuyendo el contacto; la limitación es la Ley que los rige. El hombre aspira a adquirir autocontrol, los devas se desarrollan cuando son controlados. El hombre manifestará la plena autoconciencia y los devas la vibración constructiva.
¿Te das cuenta cuan complementarios son estos dos reinos?
Estas dos líneas evolutivas, cuando alcanzan un grado de desarrollo, se unen en el plano búdico y forman una entidad que es mitad ángel y mitad hombre. Lo que se conoce como el DIVINO HERMAFRODITA. Porque la evolución dévica, con relación a la humana es femenina y la humana, con relación a la dévica es masculina.
El reino de las aves está específicamente aliado a la evolución dévica. Algunos devas que desean pasar a la evolución humana pueden hacerlo pasando a dicho reino. Y también por medio de las aves, algunos devas se comunican con los humanos. De ahí que se representen frecuentemente con “alas”.
Atraer ángeles a tu vida diaria hace que ésta se llene de una magia muy especial. Donde ellos se presentan elevan el nivel vibratorio y se extiende una sensación de gozo que penetra por todas partes.
Los ángeles están a la espera de que el hombre abra la puerta de su corazón para poder trabajar con él. Al ángel no se le atrae por el poder de la comunicación razonadora sino por el poder del amor. Ese es el primer paso para el contacto; sentir amor por ellos. Ellos se acercan atraídos por la belleza y los olores agradables. Donde hay flores naturales, los ángeles se acercan con mayor facilidad.
Invócalos, llámalos e invítalos a que compartan contigo tu casa, tus ambientes. Cuando te bañes, bendice a los devas del agua y pídeles que así como el agua limpia tu cuerpo físico, que ellos limpien y purifiquen tu cuerpo emocional. A los ángeles del viento bendícelos y pídeles que purifiquen tus pensamientos. A los de la tierra que purifiquen tu cuerpo físico y que transmuten todas tus impurezas. A los ángeles del fuego bendícelos y pídeles que santifiquen tu alma y tu espíritu.
El contacto humanodévico se está dando por todas partes. En Fidhorn, Escocia, se creó una comunidad basada en este contacto, en donde se practica el cultivo de plantas y hortalizas en una tierra que en principio no era apta. Debido a la comunicación con los ángeles de la naturaleza y siguiendo sus recomendaciones se logró un éxito sorprendente que atrajo la atención del mundo entero. Es un verdadero ejemplo de lo que se puede lograr en la interacción entre ángeles y hombres.
Amar a los ángeles es amar a la naturaleza porque ellos son los constructores de nuestro mundo. Personifican la inteligencia creativa que evidencia toda la naturaleza. Construyen vehículos para la expresión de la vida en todos los niveles: mineral, vegetal, animal, humano y suprahumano. Cunado estés en el campo, en la montaña, en el mar, piensa en estos seres que son la vida detrás de lo que ves. Bendícelos y agradéceles su servicio. Ellos te contestarán, te enviarán ondas de amor que tu recibirás como una sensación de bienestar que te envolverá y te hará sentir feliz.
Hay ángeles que curan, ángeles guardianes, ángeles del arte, de la inspiración, del sol, del amor. Su variedad es infinita. Si te acostumbras a integrarlos a tu vida te enriquecerás. Yo, por ejemplo, antes de escribir, siempre invoco a los ángeles de la inspiración. Respiro profundo, cierro mis ojos, y des mi corazón los bendigo y los llamo, para que vengan a trabajar conmigo ¡Para la gloria de Dios!
Cuando vayas a comer, bendice los alimentos y piensa en la vida dévica que produjo tu alimento. Llénate de amor por estas criaturas invisibles que trabajan incansablemente sirviendo a la humanidad. Ellos recogen tus sentimientos y te los devuelven aumentados por su amor.
Cuando te levantes en la mañana, saluda a la naturaleza que te rodea. Al sol, las plantas, los árboles, al viento. Envíales tu amor y verás como te inunda un sentimiento de felicidad. Son los ángeles que responden.
Y si quieres trabajar con ellos en una colaboración más cercana, dedícales un rincón de tu casa. Pequeñito, no tiene que ser grande. Ten algún elemento de la naturaleza, como una planta, flores. Y con el amor más grande, preserva es lugar como el punto de contacto de la energía angélica en tu hogar. Y así los invitas a que vivan contigo y llenen tu casa de bendiciones.
Existe mucha literatura sobre los ángeles. Pero la forma más directa de conocerlos es haciendo contacto con ellos a través de su lenguaje, el amor. No hay libro que supere la experiencia. Por eso te invito a que te abras a su mundo mágico, seas un poquito como un niño y recibas en tu vida una nueva dimensión que la hará más luminosa y feliz.


MEDITACIÖN
Respira profundo y al exhalar, ve soltando todas las tensiones. Imagínate que al inhalar estás respirando fuego y al exhalar emites luz. El fuego es la vida, la luz es el amor, Inhalas vida… exhalas amor… inhalas vida… exhalas amor…inhalas vida… exhalas amor.
Y te vas envolviendo en una luz muy blanca y resplandeciente. Esta luz te penetra y te hace transparente, muy transparente.
Te sueltas completamente, sin tensiones ni apegos. Sin angustias ni preocupaciones. Suéltalo todo y quédate sumergido en el aquí y el ahora. Contigo. Con la luz.
Visualiza tu corazón como un sol radiante. Ubícate en el medio de su fulgor. Siente cómo tú eres fuego solar. Eres una llama de amor divino. Siéntelo.
Imagínate que estás en lo alto de una montaña. Desde allí divisas los ríos, los mares, las llanuras, los campos…
Por un acto de imaginación creadora observa el mundo de la energía y visualiza a las huestes angélicas, como encarnan la vida de todo lo que ves. Son puntos de luz en movimiento que vitalizan toda la naturaleza. Recréate en este cuadro, siente como todo en la naturaleza es vida, cómo está poblada de innumerables seres invisibles. Imprégnate de esta energía.
Concéntrate y haz contacto con el ángel de la Tierra y dile: Toma las impurezas de mi cuerpo físico, absórbelas y devuélvemelas en forma de salud y de pureza. Que la vide circule en abundancia por mis venas y mis arterias. Que el reino de Dios descienda a la Tierra.
Concéntrate y haz contacto con el ángel del Agua y dile: Lava mi corazón de todas sus impurezas. Que el amor sin egoísmos se instale en mí. Que mi corazón sea limpio y transparente para que un rayo del cielo descienda a la tierra y la llene de amor.
Concéntrate en el ángel del Aire y dile: Purifica mi intelecto, que se vuelva penetrante, claro, radiante y con cada pensamiento, glorifique el corazón. Que sea una antorcha encendida mostrando el camino de retorno al Sol.
Concéntrate en el ángel del Fuego y dile: Soy uno contigo, santifica mi alma y mi espíritu. Consume en el fuego sagrado todos mis errores y conságrame al fuego del amor. En el fuego soy libre y puedo darme y multiplicarme sin nunca consumirme. Soy una Llama viviente, una Llama del Sol.
Ahora visualiza cómo te rodeas de ángeles de todos los siete colores del arcoiris. Cada uno te envuelve en su radiación. Danza con ellos, permite que su luz te penetre, recibe de cada uno sus regalos, recíbelos en el corazón. El rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el índigo, el violeta…
Y ahora, toma conciencia de un ángel muy especial… Está contigo, te envuelve, te abraza. Es tu compañero inseparable. Tu amigo invisible. A quien encuentras cada vez que tu conciencia se ubica en el amor. Él te llena de esencias que permiten que la magia penetre en tu mundo. Él es el sentimiento de todo lo bello que te ha rodeado en aquellos momentos especiales de tu vida. Disfrútalo y reconoce su presencia. Tú nunca estás solo. Tu ángel guardián está siempre contigo.
Y envuelto en colores, en luces, en amores, ve inhalando profundamente, suavemente, preparándote para volver a tú belleza y armonía que te envuelve. Suavemente y a tu propio ritmo y tiempo ve abriendo tus ojos.








Metafísica para los Nuevos Tiempos



Carmen Santiago

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